Insomnio

No dormir las horas suficientes puede repercutir severamente en la salud de la persona que padece insomnio. Podemos recordar que la privación del sueño fue uno de los métodos empleados de tortura psicológica durante prácticamente toda la historia de la humanidad, con consecuencias graves como alucinaciones, dolores físicos, lapsos de memoria, dolores de cabeza y articulaciones, visión borrosa, alteraciones del pensamiento e incluso la muerte.

La cantidad de sueño necesaria es variable en cada persona y está genéticamente determinada, pero en general varía entre 6 y 8 horas en una persona adulta. Existen personas para las que 3 horas de sueño son suficientes. La diferencia entre una persona de sueño corto y una persona con un trastorno del sueño, es que la de sueño corto se siente descansada y operativa al día siguiente.

Si bien el insomnio tiene lugar de noche, el malestar se centra en los efectos que conlleva la falta de sueño durante el día. El insomnio puede ser tanto como una falta de sueño casi total, como sueño no reparador, dificultad para conciliar el sueño o numerosos despertares durante el periodo de sueño que hacen que la persona no descanse lo suficiente. El insomnio no es una enfermedad ni una categoría de diagnóstico en sí misma; es un síntoma y cuando se convierte en crónico pasa a ser un trastorno.

¿CÓMO COMBATIRLO?

Existen varias clínicas y Unidades del Sueño donde pueden evaluar tu caso particular y recomendarte un tratamiento completo y adecuado a tus circunstancias. A continuación, te exponemos una serie de consejos que te pueden ayudar.

  • Evita el consumo de drogas: existen drogas que afectan directamente a tus horas de sueño y otras que suprimen la fase REM, de manera que no te sentirías descansado y afectaría igualmente a tu vida diaria.
  • Toma una cena ligera, de manera lenta y pronto.
  • Reduce tu tiempo de exposición a pantallas como ordenadores, móviles o la televisión al menos dos horas antes de irte a dormir.
  • Duerme en una habitación ordenada, oscura, sin televisión ni ordenador, a una temperatura entre los 20 y 23ºC sin ruido ni luz.
  • Ponte ropa cómoda para dormir.
  • Date una ducha con agua templada antes de irte a dormir.
  • Acuéstate y levántate a la misma hora. En tu día libre puedes levantarte una hora más tarde.
  • Evita cualquier estimulante como la cafeína (6 horas antes de acostarte), el té, el chocolate o la nicotina.
  • No te vayas a la cama hasta tener sueño.
  • Dedica tiempo a ti y tu ocio.
  • Abandona la actividad laboral o mental 2 horas antes de acostarte. Si tienes muchas cosas en la cabeza, puedes intentar anotarlas en un papel y dejarlo en otra habitación. No se te va a olvidar, puesto que ya lo tienes apuntado.
  • Dedica tus días libres a hacer actividades bajo el sol.
  • ¡Ejercítate! Haz estiramientos y ejercicio diario, pero no 3 horas antes de irte a dormir. Lo mejor es a primera hora de la tarde. Olvida ejercicios intensivos más allá de las 6 de la tarde.
  • Puedes dormir la siesta, pero no más de 20 minutos o de 1h30 min en días en que realmente lo necesites.
  • Si despiertas a media noche, no comas nada.
  • Pon en práctica técnicas de relajación en tu vida diaria.

Control del estímulo:

Nuestro cuerpo crea patrones de asociación de los estímulos externos, así que es muy útil que:

  • Establezcas unas rutinas pre-sueño las cuales realices cada noche en el mismo orden y hora para que el cuerpo comience a percibir que “es la hora de irse a la cama” y favorezca tu sueño. Por ejemplo “poner alarma, cerrar puerta, ponerte tu manta favorita, recolocar cojines, baño de agua caliente, leer y dormir”.
  • Uses la cama solo para dormir y tener relaciones sexuales.
  • Intentes no discutir, mirar televisión o hablar por el móvil, entre otros.
  • Una vez en la cama, apaga las luces para dormir. Si pasan 10 minutos aproximadamente, levántate y vete a otra habitación a relajarte. Cuando te sientas adormecido/a, vuelve a la cama. Si te pasa al despertarte a media noche, haz lo mismo. Tenemos que evitar relacionar la cama con no dormir, pensar, dar vueltas, etc.

Recomendamos que no te automediques. Puede que estés pensando en tomar psicofarmacología hipnótica, pero a menudo son más perjudiciales que la propia dificultad del sueño. Consulta a un profesional de la psiquiatría, quien podrá aconsejarte qué medicamente se ajusta más a ti. Y consulta con una persona experta en la psicología quien te propondrá un tratamiento adecuado a tu perfil.

¿QUÉ PUEDE ESTAR AFECTANDO A TU DESCANSO?

  • Medicamentos como teofilinas para problemas respiratorios.
  • Consumo de estimulantes como cafeína, anfetaminas, etc.
  • Características personales: personas perfeccionistas, obsesivas, preocupadas, enérgicas, etc.
  • Trabajo por turnos y de noche.
  • Dolor, politraumatismos y Parkinson.
  • Hábitos inconvenientes: ausencia de horarios estables, costumbres sociales, etc.
  • Vida ajetreada bajo presión: responsabilidades, preocupación, cansancio e irritabilidad.

PODRÍAS ESTAR PADECIENDO INSOMNIO SI:

  • Tardas en dormirte, tienes despertares frecuentes o problemas para volverte a dormir cuando te despiertas en la noche.
  • Te despiertas pronto por la mañana y eres incapaz de volverte a dormir.
  • A pesar de tener buenas condiciones para dormir, tienes problemas para ello.
  • Tienes sensación de cansancio durante el día, con estado bajo de energía y ánimo.
  • Tienes sentimiento de somnolencia de día.
  • Sufres frecuentemente problemas de salud general.

CONSECUENCIAS

  • Problemas físicos (más grasa corporal, menos masa muscular).
  • Descenso del rendimiento.
  • Más estrés, bajo estado de ánimo, irritabilidad, fatiga y menos motivación.
  • Problemas de dolor crónico.
  • Agravamiento de las enfermedades inflamatorias crónicas (asma y artritis reumatoide).
  • Desregulación del sistema inmunitario (resfriados, gripe y gastroenteritis).
  • Riesgo de diabetes.
  • Reducción de la esperanza de vida.
  • Desregulación del apetito.

REFERENCIAS E INFORMACIÓN ADICIONAL