Tal como se afirmó en la “Carta abierta a la abogacía institucional“, los índices de suicidio, depresión, ansiedad, estrés, alcoholismo y consumo de drogas de los abogados y estudiantes de Derecho de los Estados Unidos son superiores al de la media de la población estadounidense.
En el caso de los abogados, cabe destacar un estudio[1] publicado por la American Bar Association (ABA) Commission on Lawyer Assistance Programs (CoLAP) y la Fundación Hazelden Betty Ford en 2016. Los resultados de dicho estudio, en el que participaron 12.285 abogados ejercientes, fueron preocupantes: por un lado, se encontró que entre un 21 y 36% pueden calificarse como bebedores problemáticos; por otro lado, y de forma aproximada, bastantes abogados están luchando con algún nivel de depresión (28%), ansiedad (19%) y estrés (23%).
En el caso de los estudiantes de Derecho, se realizó una encuesta[2] de bienestar (Survey of Law Student Well-Being) en 2014. En dicha encuesta, participaron 15 facultades de Derecho (aproximadamente, unos 3.300 estudiantes). Entre otros datos, se encontró que un 17% experimentaba algún nivel de depresión, un 14% padecía de ansiedad severa, un 23% tenía ansiedad leve o moderada y un 6% manifestó tener pensamientos suicidas serios.
Tras estos resultados, la ABA CoLAP, junto con la National Organization of Bar Counsel y la Association of Professional Responsibility Lawyers, pusieron en marcha la National Task Force on Lawyer Well-Being en agosto de 2016. Este grupo de expertos, cuyo principal cometido es el de mejorar el bienestar de la abogacía, se ha ido ampliando desde su creación. Actualmente, junto con las organizaciones mencionadas, participan las siguientes:
- ABA Standing Committee on Professionalism
- ABA Center for Professional Responsibility
- ABA Young Lawyers Division
- ABA Law Practice Division Attorney Wellbeing Committee
- National Conference of Chief Justices
- National Conference of Bar Examiners
Asimismo, las facultades de Derecho norteamericanas también han hecho hincapié en este ámbito con el fin de comprobar cuál es la magnitud de su problema y qué medidas pueden adoptarse al respecto. Un ejemplo sería la Alianza de Salud Mental de la Facultad de Derecho de Yale, la cual, publicó un informe sobre la salud mental de sus estudiantes (“Falling Through the Cracks. A Report on Mental Health at Yale Law School”) en diciembre de 2014.
En España, aún queda mucho trabajo por hacer. Por este motivo, el próximo 10 de octubre de 2017, Día Mundial de la Salud Mental, el Instituto de Salud Mental de la Abogacía hará público el “Manifiesto por el Bienestar de la Abogacía” y animará a que la abogacía institucional, despachos de abogados, facultades de derecho, centros de formación jurídica, empresas y administraciones se adhieran.
[1] P. R. Krill, R. Johnson, & L. Albert, The Prevalence of Substance Use and Other Mental Health Concerns Among American Attorneys, 10 J. ADDICTION MED. 46 (2016).
[2] 3 J. M. Organ, D. Jaffe, & K. Bender, Suffering in Silence: The Survey of Law Student Well-Being and the Reluctance of Law Students to Seek Help for Substance Use and Mental Health Concerns, 66 J. LEGAL EDUC. 116 (2016).