¿Cuánto cuesta la falta de sueño de los abogados a las firmas?

 

Según las últimas investigaciones llevadas a cabo por la National Safety Council y la Brigham Health Sleep Matters Initiative, un empresario estadounidense con 1.000 trabajadores podría perder alrededor de 1,4 millones de dólares anualmente a causa de la deficiencia del sueño que puedan padecer sus trabajadores.  Si se trata de una compañía que figure en la lista Fortune 500, estos costes ascienden a los 80 millones.

Estos cálculos han sido posibles gracias a la utilización de la Fatigue Cost Calculator for Employers. Esta herramienta online, que es gratuita, se presentó oficialmente en la Expo anual de la National Safety Council, celebrada en Indianápolis, el pasado 25 de septiembre.

A partir de cuatro cuestiones (dónde se encuentran las oficinas, cuál es la industria, cuántos empleados tiene y si hay trabajadores por turnos), esta calculadora de fatiga realiza una estimación ajustada de los costes que provoca la falta de sueño de los trabajadores en la actividad de la empresa. Estos costes se traducen en el absentismo, la disminución de productividad y los costes en asistencia médica. 

Pongamos un ejemplo y comentamos brevemente alguno de los datos que nos proporciona la herramienta: 

Ejemplo: un despacho de abogados que tiene oficinas en más de un país. Dispone de una plantilla de 1000 abogados (no hay turnos). 

- El coste total anual que supone la deficiencia del sueño de los abogados es de 1.602.300$. Dicho coste se desglosa del siguiente modo:  absentismo (239.348$), disminución de productividad (859.297$) y asistencia médica (503.655$). 

-  Los riesgos de estas deficiencias son los siguientes: de los 1000 abogados del despacho, hay una probabilidad de que 87 padezcan apnea obstructiva del sueño; 108 tengan insomnio; 73 sufran el síndrome de piernas inquietas y 1 tenga un desorden de trabajo por turnos.

- La adopción de programas de salud del sueño en el seno de los despachos puede reducir sustancialmente los costes. Dependerá del porcentaje de abogados que formen parte de dicho programa: desde un ahorro de 7.046$ (2%) hasta 1.577.300$ (100%). 

El Instituto de Salud Mental de la Abogacía (ISMA) está comprometido con la mejora del bienestar de la abogacía por dos razones: la primera, y la más importante, es ayudar al profesional ejerciente a través del apoyo, concienciación e información. La segunda consiste en animar a que los despachos adopten determinadas políticas de organización y funcionamiento en beneficio de la salud mental de los abogados. 

La salud mental de la abogacía y de los estudiantes de Derecho en los Estados Unidos

Tal como se afirmó en la “Carta abierta a la abogacía institucional“, los índices de suicidio, depresión, ansiedad, estrés, alcoholismo y consumo de drogas de los abogados y estudiantes de Derecho de los Estados Unidos son superiores al de la media de la población estadounidense.

En el caso de los abogados, cabe destacar un estudio[1publicado por la American Bar Association (ABA) Commission on Lawyer Assistance Programs (CoLAP) y la Fundación Hazelden Betty Ford en 2016. Los resultados de dicho estudio, en el que participaron 12.285 abogados ejercientes, fueron preocupantes: por un lado, se encontró que entre un 21 y 36% pueden calificarse como bebedores problemáticos; por otro lado, y de forma aproximada, bastantes abogados están luchando con algún nivel de depresión (28%), ansiedad (19%) y estrés (23%).

En el caso de los estudiantes de Derecho, se realizó una encuesta[2de bienestar (Survey of Law Student Well-Being) en 2014. En dicha encuesta, participaron 15 facultades de Derecho (aproximadamente, unos 3.300 estudiantes). Entre otros datos, se encontró que un 17% experimentaba algún nivel de depresión, un 14% padecía de ansiedad severa, un 23% tenía ansiedad leve o moderada y un 6% manifestó tener pensamientos suicidas serios. 

Tras estos resultados, la ABA CoLAP, junto con la National Organization of Bar Counsel y la Association of Professional Responsibility Lawyers, pusieron en marcha la National Task Force on Lawyer Well-Being en agosto de 2016. Este grupo de expertos, cuyo principal cometido es el de mejorar el bienestar de la abogacía, se ha ido ampliando desde su creación. Actualmente, junto con las organizaciones mencionadas, participan las siguientes: 

ABA Standing Committee on Professionalism

- ABA Center for Professional Responsibility 

ABA Young Lawyers Division

- ABA Law Practice Division Attorney Wellbeing Committee

- National Conference of Chief Justices

- National Conference of Bar Examiners 

Asimismo, las facultades de Derecho norteamericanas también han hecho hincapié en este ámbito con el fin de comprobar cuál es la magnitud de su problema y qué medidas pueden adoptarse al respecto. Un ejemplo sería la Alianza de Salud Mental de la Facultad de Derecho de Yale, la cual, publicó un informe sobre la salud mental de sus estudiantes (“Falling Through the Cracks. A Report on Mental Health at Yale Law School”) en diciembre de 2014.

En España, aún queda mucho trabajo por hacer. Por este motivo, el próximo 10 de octubre de 2017, Día Mundial de la Salud Mental, el Instituto de Salud Mental de la Abogacía hará público el “Manifiesto por el Bienestar de la Abogacía” y animará a que la abogacía institucional, despachos de abogados, facultades de derecho, centros de formación jurídica, empresas y administraciones se adhieran. 

 


[1] P. R. Krill, R. Johnson, & L. Albert, The Prevalence of Substance Use and Other Mental Health Concerns Among American Attorneys, 10 J. ADDICTION MED. 46 (2016).

[2] 3 J. M. Organ, D. Jaffe, & K. Bender, Suffering in Silence: The Survey of Law Student Well-Being and the Reluctance of Law Students to Seek Help for Substance Use and Mental Health Concerns, 66 J. LEGAL EDUC. 116 (2016).

 

 

 

Informe al Colegio Oficial de Psicología de Cataluña

1. Introducción

El pasado día 18 de septiembre de 2017 nació el Instituto de Salud Mental de la Abogacía (ISMA). Se trata de un proyecto pionero en el sector legal español y europeo. El lema de este instituto es “Trabajar por y para el bienestar de la abogacía”.

En un principio, el Sr. Manel Atserias Luque, fundador y presidente del ISMA, solo tenía pensado en realizar un estudio sobre la salud mental de la abogacía y de los estudiantes de Derecho de Barcelona en el marco de su Trabajo de Fin de Máster. Sin embargo, debido al interés y expectación que generó esta materia en la red profesional Linkedin, decidió reconsiderar el formato de esta iniciativa y crear, en consecuencia, este instituto.

Tras haber leído varios artículos de medios de comunicación internacionales (Idealex.press y Above the Law, entre otros), los cuales, se hacían eco de los problemas de salud mental de los abogados y estudiantes de Derecho de los Estados Unidos, el presidente del ISMA empezó una búsqueda de literatura que analizara esta cuestión en el sector legal español.

El resultado de esta búsqueda fue, ciertamente, decepcionante. Solo se encontró un estudio “Análisis de las características de las patologías y lesiones del abogado en España”, el cual, fue encargado por la Fundación Instituto de Investigación Aplicada a la Abogacía (FIIAA).

Según las bases de datos consultadas, el citado estudio estima que alrededor de un 3% de los abogados españoles tienen algún problema relacionado con la salud mental. Sin embargo, los propios autores reconocieron que, a pesar de ser este porcentaje inferior al de la población general, «esta conclusión es muy probablemente opuesta si tenemos en cuenta que una comparación de los registros con datos de la literatura [extranjera] avala que hay un gran subregistro: [Mientras que en Italia], un 15% estaría en guardia durante el ejercicio laboral, un 15% sufriría ansiedad y un 4% necesidad de consejo psicológico[;] [en Francia], el 52% de los abogados mostrarían un nivel alto de alteración psicológica a través del cuestionario GHQ-28. Es decir, hay sufrimiento sin declaración o solicitud de ayuda asistencial.»

Más allá de los estudios que se han realizado en los países de nuestro entorno (Francia e Italia), los cuales, ponen en evidencia la existencia de este subregistro en España, también hay dos factores que refuerzan esta idea: mientras que el primero responde a la forma de obtención de los datos; el segundo tiene relación con el fuerte estigma que existe en salud mental.

- Forma de obtención de datos: los datos del estudio se obtuvieron a partir de la base de datos de Alter Mutua de Abogados. Por lo tanto, esta información proviene solo de aquellos casos en los que los abogados, estando ya en una situación crítica, acuden a un terapeuta.

- El fuerte estigma que existe en salud mental: según el estudio “L’estigma i la discriminació als entorns laborals” ―El estigma y la discriminación en los entornos laborales― [traducción del catalán] en Cataluña, elaborado por la organización Obertament el año pasado, un 48,5% de las personas con problemas de salud mental ha ocultado su trastorno en el trabajo para evitar un trato discriminatorio. Asimismo, el 19,5% de las personas con trastorno mental ha sufrido burlas o escarnio en el trabajo, el 16,9% ha sufrido aislamiento por el hecho de tener un problema de salud mental, y el 14,8% se ha sentido controlado o sobreprotegido.

2. Objetivos del ISMA

Antes de entrar en la explicación de cada uno de los objetivos del ISMA, los mencionaremos brevemente estructurándolos en un determinado orden lógico:

Bloc I. Objetivos alcanzables dentro de un proceso de evaluación periódica (semestral/anual)

1ª fase: La radiografía de la abogacía

- Determinar el estado de salud mental de los abogados y de los graduados en Derecho que realicen el Máster de Acceso a la Abogacía por medio de encuestas y entrevistas.

- Identificar cuáles son los factores de riesgo psicosocial propios del ejercicio de la abogacía.

2ª Fase: La mejora del bienestar de la abogacía

- Promover la adopción de determinadas políticas organizativas y de funcionamiento en los despachos de abogados con el fin de aumentar el bienestar de la abogacía.

- Incluir contenidos de salud mental de la abogacía en los programas de grado y máster de las facultades de Derecho y centros de formación jurídica, así como cursos o seminarios de los colegios profesionales.

Bloc II. Objetivos mensuales

- Luchar contra el estigma y las prácticas discriminatorias que padecen los abogados debido a algún problema de salud mental a través de campañas de concienciación y programas específicos donde el abogado asuma un rol activo.

- Fomentar los comportamientos de búsqueda de ayuda cuando el abogado lo necesite.

- Establecer alianzas estratégicas y acuerdos de colaboración con facultades de derecho, centros de estudios jurídicos, despachos de abogados, colegios profesionales (abogados y psicólogos), empresas, administraciones públicas y organizaciones de salud mental, tanto nacionales como internacionales.

- Informar de los estudios, investigaciones y trabajos que se llevan a cabo en otros países en materia de salud mental de la abogacía.

2.1. Objetivos alcanzables dentro de un proceso de evaluación periódica (Bloque I)

En cuanto a la primera fase, denominada “la radiografía de la profesión”, se detectará en primer lugar cuáles son los problemas de salud mental (depresión, ansiedad y estrés, principalmente) y las adicciones (consumo de alcohol y drogas) más frecuentes en el mundo de la abogacía.

Además de los abogados ejercientes, el ISMA también considera necesario incluir los graduados en Derecho que realizan el Máster de Acceso a la Abogacía en este proceso de evaluación ya que el periodo de prácticas es la antesala de su futuro profesional. En este caso, las encuestas y entrevistas deberían realizarse antes y después de estas prácticas para determinar si el acceso a la profesión altera el estado de salud mental de los futuros ejercientes.

Hay que poner de relieve que la expresión ‘salud mental’ no solo se refiere al hecho de no sufrir un trastorno mental, sino también, tal como afirma la Organización Mundial de la Salud, a todo aquello que esté relacionado con (i) la promoción del bienestar, (ii) la prevención de trastornos mentales, y (iii) el tratamiento y rehabilitación de las personas afectadas por estos trastornos.

En esta primera fase, el ISMA garantizará, en todo momento, dos criterios:

1. Rigor científico de las encuestas y entrevistas: se utilizarán cuestionarios oficiales (ex: General Health Questionnaire-12, Job Content Questionnaire, Oldenburg Burnout Inventory y Resident Learning Survey, entre otros). Asimismo, las modificaciones que se produjeran ―se trataría de adaptarlas a la realidad del sector legal― tendrían que ser validadas por el Comité Científico del ISMA.

2. Protección de los datos de los encuestados y entrevistados: la especialista en protección de datos, con la supervisión de la Agencia Española de Protección de Datos o la Autoridad Catalana de Protección de Datos ―dependiendo del ámbito territorial―, realizará una Evaluación de Impacto de Protección de Datos del modelo de encuestas y entrevistas que hayan estado validadas por el Comité Científico del ISMA. De este modo, todas las actuaciones que se lleven a cabo en el marco de este proceso de evaluación se ajustarán, en todo momento, al nuevo reglamento comunitario de protección de datos, el cual, se aplicará a partir del próximo día 25 de mayo de 2018.

Una vez se obtengan los datos, se podrá determinar cuáles son los factores de riesgo psicosocial propios de la abogacía.

En relación con la segunda fase, denominada “la mejora del bienestar de la abogacía”, cabe destacar que el ISMA promoverá la adopción de determinadas políticas organizativas y de funcionamiento en los despachos de abogados con el fin de aumentar el bienestar de la abogacía.

Sin perjuicio de recomendar otro tipo de acciones, el Comité de Bienestar de la Abogacía del ISMA iniciará un proceso de investigación sobre la posible implementación de los comités de bienestar o la figura del Defensor del Bienestar en el seno de los despachos de abogados.

El otro objetivo de esta segunda fase consiste en incluir contenidos de salud mental de la abogacía en los programas de grado y máster en las facultades de Derecho, centros de formación jurídica y colegios profesionales (abogados y psicólogos, preferentemente). Por este motivo, y una vez se dispongan de datos, el Comité de Bienestar de la Abogacía del ISME iniciará un proceso de estudio sobre las cuestiones de salud mental que deberían constar en los planes de estudio y otros programas académicos.

2.2. Objetivos mensuales (II Bloque)

El ISMA, a través de su Comité de Bienestar de la Abogacía, pondrá en marcha campañas de concienciación (ej: “Defiende a tu abogado/a”/ “Haz tu alegato”) con el fin de (i) luchar contra el estigma y las prácticas discriminatorias que puedan padecer los abogados a causa de algún problema de salud mental; y (ii) fomentar los comportamientos de búsqueda de ayuda cuando el abogado lo necesite.

Finalmente, El ISMA dispone de una página web (https://saludmentalabogacia.org/) y una cuenta de twitter (@Salud_Abogacia) para informar y actualizar a la abogacía de todos aquellos estudios, investigaciones y trabajos que se llevan a cabo en otros países en materia de salud mental de la abogacía.

 

Reunión con el Decano del COPC

Ayer, el fundador y presidente del Instituto de Salud Mental de la Abogacía (ISMA), el Sr. Manel Atserias Luque, se reunió con el Sr. Josep Vilajoana Celaya, Decano del Colegio Oficial de Psicología de Cataluña y Vicepresidente segundo del Consejo General de la Psicología de España.

En ese encuentro, Manel tuvo la oportunidad de presentarle el proyecto del ISMA. Entre otras cuestiones, el jurista solicitó la incorporación del colegio profesional en el Comité Científico del ISMA. 

El decano mostró mucho interés en el proyecto y pidió si se le podía facilitar un informe en la mayor brevedad posible para presentarlo a la Junta Directiva del colegio.

En el marco de esta primera rueda de contactos, Manel quiere obtener el mayor respaldo posible de los colectivos implicados. Por este motivo, en el día de hoy, el presidente del ISMA contactará con el Ilustre Colegio de la Abogacía de Barcelona para fijar una reunión con Maria Eugènia Gay Rosell, decana de los abogados barceloneses. 

 

Carta abierta a la abogacía institucional

Excma. Sra. Dña. Victoria Ortega Benito, Presidenta del Consejo General de la Abogacía Española; Excmo. Sr. D. Carles McCragh, Presidente del Consell d’Il·lustres Col·legis d’Advocats de Catalunya; y Excma. Sra. Dña. Maria Eugènia Gay, Decana del Il·lustre Col·legi de l’Advocacia de Barcelona:

Me complace comunicarles que, en el día de hoy, se ha puesto en marcha la actividad del Instituto de Salud Mental de la Abogacía (ISMA). Se trata de un proyecto pionero en el sector legal español y europeo. El lema de este instituto es “Trabajar por y para el bienestar de la abogacía”. 

Antes de explicarles cuáles son los objetivos concretos del ISMA, me gustaría exponerles la razón de ser de esta organización.

¿Por qué nace el ISMA?

A principios de 2017, leí varios artículos de medios de comunicación internacionales (Idealex.press y Above the Law, entre otros), que se hacían eco de los problemas de salud mental de los abogados y estudiantes de Derecho de Estados Unidos. Según estos artículos, los índices de suicidio, depresión, ansiedad, estrés, alcoholismo y consumo de drogas de los colectivos mencionados son superiores al de la media de la población estadounidense.

A partir de ese momento, empecé a analizar los trabajos de la American Bar Association, facultades de Derecho y fundaciones (entre otras, la Dave Nee) que abordaban dicho fenómeno en Estados Unidos.

Asimismo, mientras iba consultando literatura extranjera, traté de buscar literatura de esta temática en España. Pues bien, tras bastantes búsquedas infructuosas, solo pude encontrar el estudio “Análisis de las características de las patologías y lesiones del abogado en España”, encargado por la Fundación Instituto de Investigación Aplicada a la Abogacía (FIIAA). 

Según las bases de datos que consultaron los autores del estudio, se estimó que alrededor de un 3% de los abogados españoles tienen algún problema relacionado con la salud mental. Sin embargo, dichos autores reconocieron que, incluso siendo este porcentaje inferior al de la población general, «esta conclusión es muy probablemente opuesta si tenemos en cuenta que una comparación de los registros con datos de la literatura avala que hay un gran subregistro: [Mientras que en Italia], un 15% estaría en guardia durante el ejercicio laboral, un 15% sufriría ansiedad y un 4% necesidad de consejo psicológico[;] [en Francia], el 52% de los abogados mostrarían un nivel alto de alteración psicológica a través del cuestionario GHQ-28. Es decir, hay sufrimiento sin declaración o solicitud de ayuda asistencial». 

Pero la ausencia de estudios en esta materia en España no ha sido el único motivo por el que he decidido poner en funcionamiento el ISMA. Mi compromiso con la salud mental nació desde el mismo momento en que me diagnosticaron un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) en una fase moderada-grave.

Aunque empecé a manifestar los primeros síntomas de dicho trastorno a los 6 años, no fue hasta finales de 2010 cuando el TOC llegó a anularme por completo. Era esclavo de mis pensamientos obsesivos y necesitaba invertir una cantidad ingente de tiempo para llevar a cabo mis quehaceres diarios. Entre otros, estudiar Derecho, que es mi pasión. 

Nunca tuve miedo en reconocer y explicar públicamente que padezco un trastorno mental. Aunque mis padres y amistades temen que ese activismo tenga consecuencias negativas en mi futuro laboral, mi corazón me dice que siga adelante con esa tarea de concienciación. 

Durante estos años de tratamiento, he tenido la oportunidad de conocer a personas maravillosas de todas las edades en muchas terapias grupales y reuniones. Por cierto, algunas están estudiando Derecho o ejerciendo la abogacía. Pero prefieren no hacerlo público por temor a ser discriminados o minusvalorados por sus clientes, compañeros o superiores.

Aunque no comparta esta posición, la respeto y mucho. Forma parte de la esfera privada de quien lo padece y cada uno decide con quién quiere compartir esta información. Con independencia de cuál sea la decisión de la persona afectada, siempre encontrarán en mí respeto, apoyo, cariño y lealtad. Hablo de TOC, pero hágase extensible también a los demás trastornos mentales.

Dicho esto, permítame formularles la siguiente cuestión: si el abogado prefiere no pedir ayuda por el qué dirán o por el temor a ser discriminado, ¿considera que la persona ha tomado una decisión libre? En mi opinión, mientras haya miedo o rechazo, la persona no puede tomar libremente una decisión porque siempre estará condicionada por el estigma.   

Pero es que, además, partiendo de un análisis coste-beneficio, el bienestar de la abogacía debe ser un pilar fundamental en cualquier despacho. Según una encuesta realizada por Law360 en 2016, más del 40% de los abogados estadounidenses dijeron que, probablemente o muy probablemente, dejarían sus firmas al año siguiente. Esta alta tasa de rotación para un bufete de abogados tiene un coste económico importante ―para las grandes firmas, se estimó un coste de 25 millones de dólares cada año―.

¿Cuáles son los objetivos del ISMA?

El ISMA tiene como objetivos fundamentales los siguientes:

1) Determinar el estado de salud mental de los abogados y de los graduados en Derecho que realicen el Máster de Acceso a la Abogacía por medio de encuestas y entrevistas.

El ISMA garantizará tanto el rigor científico de las encuestas y entrevistas como la protección de datos de todos los participantes.

En relación con el rigor científico, el ISMA creará un comité científico integrado por psicólogos especialistas en salud mental y psiquiatras.

Asimismo, gracias a los vínculos con abogados, psicólogos y organizaciones estadounidenses especializadas en salud mental, el ISMA tomará como punto de partida la experiencia norteamericana. 

En cuanto a la protección de datos, el ISMA aprobará una serie de protocolos validados por expertos en protección de datos y realizará, si fuera necesario, consultas a la Agencia Española de Protección de Datos o Autoritat Catalana de Protecció de Dades. Todo el proceso de elaboración se ajustará al nuevo Reglamento General de Protección de Datos.

2) Identificar cuáles son los factores de riesgo psicosociales propios del ejercicio de la abogacía.

3) Recomendar la adopción de determinadas políticas organizativas y de funcionamiento en los despachos de abogados con el fin de aumentar el bienestar de la abogacía.

4) Proponer la inclusión de contenidos de salud mental de la abogacía en los programas universitarios (Grado en Derecho y Máster de Acceso) a las facultades de Derecho y centros de formación jurídica, así como en los cursos organizados por los colegios profesionales de abogados.

5) Luchar contra el estigma y las prácticas discriminatorias que padecen los abogados debido a algún problema de salud mental a través de campañas de concienciación y programas específicos donde el abogado desempeñe un rol activo. 

Según el estudio “El estigma y la discriminación en los entornos laborales” en Cataluña, elaborado por Obertament en 2016, un 48,5% de las personas con problemas de salud mental ha ocultado su trastorno en el trabajo para evitar un trato discriminatorio.

6) Fomentar los comportamientos de búsqueda de ayuda profesional cuando el abogado lo necesite. 

7) Establecer alianzas estratégicas y acuerdos de colaboración con facultades de Derecho, centros de formación jurídica, despachos de abogados, colegios profesionales de abogados, empresas, administraciones públicas y organizaciones de salud mental, tanto nacionales como internacionales.

8) Informar de los estudios, investigaciones y trabajos que se llevan a cabo en otros países en materia de salud mental de la abogacía.

Todo esto con un fin: trabajar por y para el bienestar de la abogacía. Porque cuanto más aumentemos su bienestar, los derechos de los ciudadanos también saldrán reforzados.

Por este motivo, les pido su apoyo y colaboración.

Reciban un cordial saludo,

Manel Atserias Luque

Fundador y presidente del ISMA

En Barcelona, 18 de septiembre de 2017